domingo, 10 de abril de 2016

Storm 7

-Vaya jamás creí que encontraríamos tres piezas mas. - dije agotado de encontrar aquellas piezas pequeñas de oro.
-Bien es hora de acabar con este misterio tan raro.-
Juntamos aquellas piezas y el mensaje fue el siguiente:
"Solo hay un","Ganador! 22/01/1991","Crea esperanza" y "La salvación es"
- Y lo mejor es que cualquier frase que creemos no tiene ningún sentido!, que bien!!!.- dije con desesperación y Raul me siguió la corriente.- Así que estamos atrapados en el tiempo, con cuatro figuritas de oro en una tienda donde se acabarán con el tiempo los víveres y por si fuera poco si salimos de aquí podríamos morir, vaya que panorama tan alentador.-
-Tranquilo podemos con esto Raul, solo hay que averiguar que debemos hacer con estas pequeñas figuras y verás que pronto saldremos de aqui...espero.- dijo Lucy con poco animo y una leve luz de esperanza.
Así que nos dimos a la tarea de buscar como podíamos utilizar aquellas figurillas que habíamos encontrado, y además darle sentido a la frase que estaba en cada una de ellas.
Eran un cerdito, una cebra, un pato y un perro aquellas figuras que habíamos encontrado en los empaques respectivos de el jamón en lata, galletas de animalitos, un sobre de sopa y en alimento para perro.
Al abrir aquella bolsa de alimento para perro, de la cual me encargué yo, recordé de pronto a mi hermoso can yuki, esperando mi presencia con su alimento y moviendo su cola y lanzándose hacia mi con esa cara tan tierna y sonriente con baba; no podía dejar a Yuki así, no podía permitir que le pasara algo a mi fiel amiga, tenía que salir de ahí en pos de ella. Me puse a pensar frente a la pequeña figura del perro de oro al lado de lucy, mientras Raul caminaba de un lado a otro golpeándose repetidas veces la cabeza con la mano tratando de sacar una idea para resolver aquel acertijo, y de pronto se me ocurrió algo que podía funcionar.
_Ya se y si recitamos las frases al unísono en todos los órdenes posibles de las frases? quizá funcione!-
Me miraron con una cara de extrañeza pero no había una idea mejor que la mía, así que asintieron y aceptaron aquella opción.
Al mismo tiempo dijimos una y otra vez todas las combinaciones posibles de las frases sin resultado alguno.- Bueno al menos lo intentamos.- dijo Lucy y continuamos pensando en alguna solución.
Todo parecía sin solución y entonces a Raul se le ocurrió una nueva idea. - Que tal si los colocamos uno en cada esquina de la tienda y decimos sus frases...- nos quedamos mirando hasta que Lucy habló -... y bailaremos en el centro?.- se rió burlona de la idea y después se puso sería al ver que no fue graciosa para Raul y continuó- Bien pues no se me ocurre nada más, así que manos a la obra.-
Y así lo hicimos, pusimos una figura en cada esquina de la tienda para observar como funcionaba y recitábamos cada frase ya de memoria, pero aún así no pasaba nada, intentamos cambiarlas de lugar una y otra vez y cambiar la secuencia de las frases pero nada funcionaba.
-Pues creo que fue una pérdida de tiempo.- dijo Raul a lo que le contesté.- Claro que no, ahora sabemos qué no funciona, solo queda lo más lógico y lo posible.- regresamos a pensar con las cuatro piezas en la registradora de Lucy. Nuevamente Raul estaba caminando de un lado a otro mientras Lucy miraba las figuritas y yo me tiraba en el suelo a pensar.
De pronto lucy se levantó y gritó- Lo tengo!-. Ambos nos acercamos a ella y le preguntamos cuál era su idea. -Qué tal si no son las figuritas, sino más bien el empaque donde venían, no sería eso más lógico? por algo hay una registradora y es una tienda.- La miramos sorprendidos de que a nadie se le había ocurrido algo tan obvio mas que a ella. Tan pronto terminó aquella frase nos dirigimos sin decirnos nada a buscar los empaques donde habíamos encontrado cada quien las piezas de oro y sin mayor contratiempo le llevamos a Lucy los empaques de cada figura inclusive en el orden que los habíamos encontrado.
-He aquí todos, no falta ninguno.- dijo Raul al entregar la última envoltura que habíamos encontrado.- bien aquí vamos- dijo Lucy en el momento que pasaba el primer artículo casi en cámara lenta frente a nuestros ojos. Pareciera que el tiempo se detuvo pues esperábamos con ansias una reacción de la tienda, inclusive nos quedamos mirando fijamente a la puerta mientras pasaba el tercer artículo por la registradora...y nada, la tormenta ni se inmutaba. Al momento del cuarto artículo, el jamón, todo parecía ir más y más lento, estaba sudando de la tensión que sentíamos por nuestros deseos  de salir de ahí, y por fin pasó el último artículo por la registradora.
Nos quedamos mirando hacia la tormenta que no cedía por nada a pesar de lo que habíamos hecho, parecía como si nos hubiésemos quedado viendo por una hora la puerta pero en realidad solo habían pasado unos cuantos minutos y...nada.
- CARAJO DE MIERDA!.- gritó Raul de desesperación.- Que gran mentira! que porquería! te detesto TANTO maldito mono de porquería!!! malditos seas el que nos trajo aquí!!!! MALDITO!!.-
Nos quedamos mirandolo sintiendo la misma impotencia que él por no poder hacer nada al respecto, todas nuestras esperanzas se habían hecho añicos, estábamos perdidos.
Lucy se sentó en el suelo y la seguí tirándome de un sentón, solo podíamos ver a Raul quedarse afónico de tanto grito de desesperación; al final que ya no podía gritar más arrojo al pequeño cerdo a la puerta de cristal, creando una pequeña rajadura al cristal del que estaba hecha.
Al poco rato me quedé mirando la puerta, recorriendola de cabo a rabo, de arriba a abajo y noté algo debajo de ella. era el pequeño cerdo, parado bajo la puerta, me le quedé mirando durante unos minutos hasta que algo extraño salto a mi mente, por qué diablos cayó parado en la puerta?, no debió caer de costado?. Me acerqué lentamente al cerdito mirando que justo había caído bajo la puerta en un especie de pequeño cuadrado que al parecer nadie notaba hasta que mirabas al suelo en esa parte de la tienda. Quise levantarlo de donde se encontraba aquella figurilla y sentí como si estuviera magnetizada de las patas; al parecer no era completamente de oro.
-Oigan muchachos vengan a ver esto.- enseguida los muchachos acudieron a mi llamado y se quedaron mirando al cerdo ahí parado. -y bien, es un cerdo, qu tiene?-
-Trata de levantarlo.- le dije a Raul.- Hablas como si pesara más de diez...-se quedó en silencio al comprobar que en efecto pesaba más el cerdito o mejor dicho estaba pegado al suelo.- Eso quiere decir que...- dijo Lucy y corrió por las demás piezas en la registradora. Las tomó y corrió hacia la puerta donde nos encontrábamos. Miro al suelo y dejó caer las piezas restantes y como por arte de magia cada una cayó en el lugar donde pertenecían al parecer.
Nos quedamos paralizados un segundo al ver esto y después volteamos hacia la puerta observando como la tormenta disminuía poco a poco y un pequeño rayo de sol salía iluminando una parte del pavimento.
-No puedo creerlo- dijimos al unísono.
El orden como cayeron los animales fueron de derecha a izquierda Cerdo, Cebra, Pato, Perro.
y las frases "
"Crea esperanza",  "La salvación es","Solo hay un","Ganador! 22/01/1991".


sábado, 19 de marzo de 2016

Storm 6 ("Ganador! 22/01/1991")

"Ganador! 22/01/1991"

- Qué diablos significa eso?-
- Significa que has ganado un cerdito de oro con viaje directo a vete al diablo, ha!.-
-Pues he ganado un gran dolor de muela, y eso no ayuda en nada. Pienso que tan solo es un premio estupido de aquel entonces donde si sacabas al cerdo de oro ganabas jamón de por vida o algo por el estilo.-
Todos nos quedamos pensativos mirando al pequeño cerdo de oro en manos de Raul. Lo giraba y volteaba, lo mirábamos como esperando a que nos dijese algo, aunque sea un "oink", pero no recibíamos respuesta.
-Quizá diga algo en la lata no creen?.- preguntó Lucy mirándonos y yendo a buscar la lata de jamón abierta.
-mmmm... pues parece una lata normal como las otras, no parece que tenga algo..- dijo con recelo mirando la lata de arriba a abajo-...en especial, aunque quizá si revisamos las demás latas.- nos dirigió una mirada curiosa y luego apuntó hacia las demás latas de jamón.- Aunque si estamos equivocados y no llegamos a nuestro destino, si es que tenemos uno, nos quedaríamos sin reservas de alimento. No lo se, ustedes que opinan?-
-Bien, yo opino que deberíamos buscar el cerdito dorado, si es que hay otro igual, tenemos que salir de aquí de una u otra manera y quizá el problema radique en aquella figurita de oro.-
-Si, escucha al muchacho Lucy, debemos buscar, es nuestra única opción.-
Así fue como nos dimos a la tarea de buscar lata por lata aquella figuríta que tal ves nos sacaría de ese lugar.
Abrimos lata por lata y sello por sello, pero no encontrábamos muchos indicios aún, abrimos en total cincuenta latas de aquel jamón enlatado para buscar mas indicios pero no llegamos muy lejos.
-Pues al parecer eres el único que gano el viaje a Europa muchacho, nosotros tan solo los quedamos con nuestro jamón enlatado y la esperanza de viajar ha.- Termino aquella frase con una risa desalentadora, casi acabando con nuestras esperanzas, pero de pronto a Lucy le surgió una duda acerca de aquel cerdo dorado.
- ¿y que pasaría si el cerdo no es un premio? es decir que tal si alguien hipotéticamente se tomó la molestia de colocar aquel cerdito sin haber comprometido el empaque para que nosotros lo encontráramos intencionalmente?.-
-Explicate.- dije curioso.
-Si me refiero que la misma persona que nos metió aquí lo hizo deliberadamente, con el propósito de dejar indicios separados por la tienda, en este caso algo que no nos costara mucho trabajo encontrar pero al mismo tiempo que no pudiésemos encontrar tan fácilmente.-
-Comida.-
-Exacto, en la comida, entonces quiere decir que tenemos que buscar en toda la comida de la tienda, aunque ello implique desperdiciarla.-
-Comprendo, pues esperemos lo mejor! a buscar muchachos.-
Los tres regresamos con sed de tesoros escondidos, me sentía como un niño pequeño buscando el premio en la caja de cereal tan esperado, me encantó sentir aquella sensación de niño al encontrar esos lentes de visión de rayos x que venían en cada caja marcada y eran de colección, recordar aquella sensación me hizo buscar con mayor rapidez.
-Loteria!- gritó Lucy al encontrar una pista más de las que debíamos encontrar.
-Al parecer tenías razón Lucy, las piezas faltantes están en los alimentos, las pusieron ahí.-
Nos mostró una siguiente figurita, al parecer era una jirafa de oro que estaba en una bolsa de galletas de animalitos que abría ferozmente.
 -Qué dice la inscripción de la jirafa lucy?- pregunté con emoción y curiosidad.
- A ver veamos, aquí dice "Solo hay", mmmm qué demonios significa eso? odio los acertijos.-
-al parecer hay más piezas del rompecabezas faltantes, aún tenemos más por hallar, claramente es una frase que nos podrá ayudar mucho a salir de este agujero del demonio.-
Al concluir esta frase nos dirigimos nuevamente a nuestros lugares de búsqueda asignados para comenzar nuevamente nuestra búsqueda implacable.

jueves, 10 de marzo de 2016

Storm 5

-No encuentro nada en este lugar del demonio.- Dijo Raul mientras desconectaba y desatornillaba los contactos con ayuda de un desarmador que había encontrado cerca de donde yo me encontraba, se podían escuchar sus gemidos de esfuerzo desde la minibodega.- No hay ninguna pista por las instalaciones eléctricas ¡aggh!, ahora revisaré el baño. ¡Ejem! Oye Leo!- Se aclaró la garganta llena de polvo de hace siglos y gritó hacia donde yo me encontraba .- Cómo vas? algo?-
- No, nada aún, mas que herramientas para reparar el pequeño generador que hay aquí atrás, y mucho polvo, pero nada en concreto, ni indicios si quiera.-
-Y tu Lucy, cómo vas, ¿algo novedoso?- Preguntó con un poco de sarcasmo en su voz.
- No, nada tampoco, puro enlatado y conservas que aún no has tirado al suelo por accidente.- dijo con una pequeña risa entre dientes.
-Bien hay que continuar, al parecer aún no llegamos a nuestro destino- pronunció antes de seguir en la búsqueda de indicios o pistas de qué pasaba o quién los había citado ahí en aquella tienda misteriosa.
Después de una intensa búsqueda infructuosa todos decidimos descansar un poco a un lado de los pasillos donde se ubicaban las registradoras. Todos estábamos exhaustos después de quizá una jornada de cinco horas continuas de búsqueda y de registro sin victorias ni indicios que nos llevase a algún lugar en especial, y al parecer el viaje aun continuaba ya que en la puerta de enfrente aun se veía la tormenta caer sin cesar.
Reinaba el silencio, solo se escuchaba el ronquido de Raul, al parecer nos habíamos desvelado sin saberlo. Fui el primero en abrir los ojos, todo estaba muy tranquilo, al parecer habíamos dormido como unas cinco horas. Tenía hambre y fui a buscar algo al pasillo que estaba frente a nosotros. Conservas, sopas secas, enlatados de jamón, todo como para hacer un rico estofado de todo. Que importaba el sabor, ¿cuánto había pasado desde la última vez que probábamos bocado?, me di cuenta que habíamos pasado todo el día sin comer, sin probar algo de tomar mientras buscábamos pistas.
Me dirigí a un enlatado de cerdo que estaba en el tercer estante, quizá Lucy lo habría puesto mal, y lo miré. Parecía normal, a pesar que la fecha de caducidad era desde hace mas de treinta años y que quizás estuviese rancio. más sin embargo mi estomago pedía un bocado, y rugía por sobrevivir, por lo que abrí la lata y me dispuse a comer el cerdo enlatado.
Masticando poco a poco  y bocado a bocado me di cuenta de que no sabía nada mal, de hecho parecía recién hecho, es decir recien comprado o recién...(¿surtido?)
-Vaya vaya miren quién ha madrugado para tomar un desayuno nutritivo.- dijo una voz al fondo del pasillo- ¿Buenos días? o Buena tormenta? hahaha- Reí con la boca llena, algo que no hacía desde hace no se cuanto tiempo.
-Gustas sabe como recién salido de la lata aún.- me miró con una ceja arriba con gesto de adormilado y me dirigió un gesto de negación.- No gracias muchacho, preferiría un buen café cargado para despertar y unos huevos fritos con mucho tocino.-
-Hahahaha lo sé, pero esto es lo más cercano al tocino...nadando en una clara de huevo hahaha. - Le dije levantando la lata del cerdo y masticando aún un pequeño pedazo que había tomado de la lata.
- Verás hay algo peculiar que noté desde que comencé a comer este cerdo, quizás es...- ¡CRACK! resonó en toda mi mandíbula inferior aquel sonido que creí que había sido un hueso de cerdo que había quedado en la maldita lata o el estúpido abre-fácil que se había caído dentro de mi comida.- Ahhhhggg!- grité y desperté a Lucy- Maldita coja ejtaaa! aahhg!- me dolía tanto mi diente que estoy seguro que se rompió , mas nunca volví a encontrar el pedazo de muela faltante.
-Carajo muchacho qué fue eso, dejame ver-
De pronto escupí una pequeña figurita dorada (¿de oro?) que había masticado por un maldito error, de verdad me dolía tanto que puse poca atención en la expresión de Lucy y Raul. Tenían una cara de extrañeza y de asombro.
-Que pasja?- no podía hablar bien del dolor.- Vaya que tu hambre si es grande, mira esto muchacho es una figura que pretende ser de oro, aunque no estoy muy seguro, pero si tiene todas las características de serlo.-
La miré detenidamente y si en efecto era una figura pequeña de oro, era al parecer una figura de un cerdito dorado, era algo que jamás esperé encontrar dentro de una lata de jamón claro está. Lo seguí mirando con detenimiento mientras los demás revisaban la lata a ver que más contenía. Al mirar la figura no noté nada raro al principio, tenia muy buen detalle en el pequeño rostro de cerdito, detalle en los pelambres que tienen a veces, incluso la cola enrollada que tienen. De pronto salto a mi vista algo en el estomago del cerdito, era una fecha impresa y una marca que creo no correspondía a la lata de jamón.
-Hey muchachos miren esto!- les mostré la parte de abajo del cochinito enseñando la fecha y la marca impresa.
-Por todos los dioses crees que eso sea...- Lucy mostró asombro y Raul continuo la frase por ella -El indicio que buscábamos!-
- Así es muchachos.-continué con dolor de muela- esto es lo que buscamos, bien supongo que ahora hay que abrir latas de cerdo.-
-Claro que no vamos a desperdiciarlas, ¡A desayunar!-
Con ello comenzamos a abrir cada lata en cada estante y a comer lo que podíamos y a almacenar el resto en una pequeña bandeja que había por ahí.
Aquella inscripción del cerdo decía "Ganador! 22/01/1991"



jueves, 3 de marzo de 2016

Storm 4

La tormenta seguía después de que aquel vagabundo de nombre Raul terminaba con su historia en aquella tienda que al parecer viajaba en el tiempo.
-Entonces déjame ver si entendí bien, usted señorita esta atrapada desde hace un año aquí, al igual que tú- dije señalando al vagabundo y continué- y estaban esperando mi llegada para realizar una misión que no saben cuál es o será hasta que lleguemos ahí ¿correcto? Permítanme decirles que es una locura! y que no es posible viajar en el tiempo pese a que estamos atorados en medio de una tormenta.-
-Se como te sientes, créeme que mientras más pronto acabe esto se que podremos continuar con nuestras vidas.-dijo Lucilda- Estoy completamente de acuerdo que es una locura, sí, más sin embargo la percepción que tenemos dentro de esta tienda del tiempo es distinta a la de allá afuera.-
-Tengo una pregunta más, cómo saben que estamos viajando por el tiempo y no estamos simplemente atorados en medio de una tormenta? -
-Buena pregunta, déjame responder a ella- me dijo Lucilda mirándome y sentándose a mi lado.- Aquel día en que yo quedé atrapada en este lugar creí por un momento que seguía en mi época. Claramente lo que había leído en aquella carta parecía una simple broma del dueño de la tienda, así que al mirar hacia afuera sucedió lo mismo que en este momento, una tormenta. Fue muy extraño verlo y Raul no me dejará mentir que así fue al ver lo mismo. Al acabarse la tormenta estaba segura que se había terminado aquel "viaje" así que unas semanas antes de conocer a Raul llegué a esa época. Salí de la tienda para ver que sucedía afuera pero algo había cambiado entonces, las calles eran distintas, los autos parecían más horribles y las personas vestían bastante distinto aunque no presté realmente atención a aquello. Me dirigí directamente a un puesto de diarios y mi sorpresa fue enorme, había viajado treinta años en el tiempo! Incluso pregunte al señor de los diarios si estaba bien impreso el diario y me respondió que sí, fue algo que logró asustarme bastante así que corrí hacia la tienda de regreso esperando algo que me ayudará, busque en todo rincón, busque algún mando, algún botón que me ayudase a regresar a mi época, pero fue inútil, todo era imposible.
Comencé a contar los días que había estado ahí, creí que iba a estar ahí en el ¿futuro? por siempre. Era extraño que a pesar que era  una tienda nadie quería entrar ahí a comprar, era como si fuese una tienda invisible.  Además no me extrañaba que nadie quisiera comprar ahí, todo estaba etiquetado con fecha de treinta años atrás, era obvio que nadie comprendería lo que sucedía.
Todos los días hasta la llegada de Raul, comía en la tienda, dormía en la tienda y prácticamente hacía todo en la tienda, incluso mis necesidades. Además algo extraño sucede, siempre hay luz eléctrica, y siempre hay agua.- miré desconcertado por aquella declaración.- Es decir siempre hay servicios a pesar de todo, es algo muy extraño no creen?-
Ambos quedamos sin respuesta, claramente yo no sabía nada acerca de ello y ellos al parecer tampoco podían responder a todo ello. Me calmé después de aquellas explicaciones y de pronto despertó mi curiosidad. -Podría ver aquella carta un momento por favor- Raul me alcanzó la carta y comencé a analizarla detalle a detalle.
-Aquí hay algo extraño, esta carta, este papel es reciente, la tinta no es de una pluma normal, parece como si fuera una pluma fuente o de algún tintero, se ven las manchas de tinta al final de cada frase, y creo que se lo que significan estas siglas, no es el nombre de él o de ella, si no de nosotros.-
Ambos se me quedaron mirando extrañados como si yo supiera lo que sucedía, aunque no lo sabía.
-Explícate.- Me dijo Raul con tono de curiosidad por saber lo que yo iba  a decir- Cómo es que son nuestros nombres.-
-Si, Lucilda, Raul y Leo.-

-Así que te llamas Leo.- me preguntó Raul.- Aunque pienso que no es eso es demasiada coincidencia como para pasarla por alto, nuestras iniciales o las de alguien más, deberíamos investigar más a detalle en la tienda.- Lucilda lo miró pensativa.- No es que no confie en tí claro está, más sin embargo deberíamos buscar en cualquier lugar, hasta el más mínimo detalle, y ya saben lo que dicen, tres cabezas...-
-Tienes razón, quizá haya más de un indicio o incluso hasta otra carta- sugerí al momento.
-Pues bueno manos a la obra, aunque antes de ello... saben cuanto tiempo tardará en aminorar la tormenta, es decir, llegaremos a nuestro destino?-
- La primera vez fue como un mes en aparecer en la época de Raul, la siguiente por consiguiente la tuya, tardamos poco menos de dos semanas.-
- Supongo que dependerá de hacia donde nos dirijamos.- dije y Raul me respondió- Así es muchacho, todo depende de hacia donde nos dirijamos.-
Fue así como los tres viajeros nos dispusimos a buscar indicios en toda la tienda antes de llegar al destino donde se supone que salvaríamos al mundo entero. Lucilda se propuso a buscar entre los estantes, Raul en las instalaciones eléctricas y yo en la parte de atrás y en los ductos de ventilación.

jueves, 25 de febrero de 2016

Storm Parte 3

-Creo que debería darse prisa o se le hará demaciado tarde.- La miré extrañado por aquella frase.
- ¿Eso fue un sí?- dijo Lucilda mientras yo me quedé parado un buen rato pensando en Mikeko y ella me observaba dubitativo.
-Sabe usted, creo que ya se me pasó el hambre, pase muy buena tarde- dije mientras dejaba el carrito de supermercado con todas mis cosas que llevaba pegado al estante del jamón que me había ofrecido la registradora. Aquella frase que me dirigió del tiempo se me hizo realmente muy extraño, y debo confesar que me asustó un poco debido a lo aleatorio que había sido aquello.
-Sabe ehmm... Raul ¿correcto?- asentí.- Creo que ya es un poco tarde para ello- Esa frase me puso en alerta , creí que era una amenaza, era una situación probablemente de secuestro o de algún crimen que se iba a cometer, estaba asustado, así que me recargue sobre un estante, tomé lo primero que encontré y esperé a lanzárselo.- A-a-a qué se refiere con tarde?- lo dije tartamudeando un poco.- no comprendo de lo que esta hablando.-
-Bien, se lo explicaré de una forma que me entienda.- me miró claramente que estaba nervioso y que seguramente le iba a arrojar aquello que había agarrado.
-Mire hacia afuera, qué ve usted?-
Acto seguido miré hacia la puerta y miré. Al parecer no se veía nada extraño, nada fuera de lo usual, autos yendo y regresando, aunque al parecer se me había hecho un poco más tarde de lo que pensé. La situación de las compras me había tomado un poco más de tiempo que lo usual.
- Pues, es un poco raro que me pregunte ello, pero no veo nada fuera de lo común.-
-Está usted seguro de ello?- miré nuevamente hacia la calle esperando notar algo fuera de lo común, pero no había nada.
-Creo que estoy un poco ciego, debo admitirlo pero no veo más que la calle por donde vine  y que no hay tantas personas como hace unos momentos y que...- me quedé extrañado un poco de que el sol estaba avanzando más rápido que lo normal y que de pronto comenzaba una neblina más y más espesa cada vez, era un fenómeno muy inusual, me acerqué caminando lentamente a la puerta, era como si la niebla...-...Tuviese vida correcto?- me dijo Lucilda- Si lo mismo pensaba hace algunos años atrás- la miré (¿años?)- pero con el tiempo me acostumbre a mirar hacia la puerta, hacia el horizonte viajando de época en época, supongo que por alguna razón que desconozco, y probablemente usted no me la podría explicar ¿o si?-
la miré con recelo por aquella pregunta que me dirigió, más sin embargo yo  no tenía aquella respuesta que ella me pedía, y negué con la cabeza. - Me lo imaginaba, pero en fin, tenga mucho cuidado si es que piensa salir, porque no le aseguro que pueda volver de donde vino-.
- Podría ser más especifica por favor.- seguí mirando hacia la puerta y vi como de pronto comenzaba a aparecer una lluvia ligera (¿nieve?)- estamos en verano no es así?-
-Bien era verano de donde usted provino, más sin embargo la percepción del tiempo dentro de la tienda es digamos, distinta a la del exterior, es algo muy complicado y realmente no se como sucede pero sucede.Es como un efecto tormenta que arrasa con el tiempo, como si la nieve y la tormenta cubrieran el presente y lo transformaran en algo más como en otro tiempo.-
- Bien quiere decir que...¿estamos viajando en el tiempo?- dije buscando algo más concreto.
-Si, se puede decir que sí, que estamos viajando en el tiempo.-
-Y como es que nadie mas que nosotros hemos entrado a esta tienda-maquina-del-tiempo-cosa.? ¿me lo puede decir?-
- Yo, sinceramente no lo sé, estábamos destinados a estar aquí supongo.-
- Destinados, claro como no lo supuse antes, quiere decir que usted entró de la misma manera que yo a esta tienda sin saber lo que pasaría y de pronto ya estaba en la época de la prehistoria o en mi época?, vaya si que eso es irónico. -
- Algo por el estilo, mire, al igual que usted entró aquí yo me disponía a buscar un empleo y vi un anuncio en la puerta de la tienda de "Vacante", entré y me encontré con esto.-
Me enseñó una carta que decía lo siguiente:

"Bienvenida seas aventurera
Te has enlistado en la más grande aventura que hayas pensado en tu vida, estas a punto de resolver quizá, uno de los mayores y más grandes misterios de la vida, tu vida como la conoces está a punto de cambiar. Esta será tu misión :..."

Leí la siguiente estrofa en voz alta. -¿Salvar al universo?, de verdad, por su puesto que no creíste esto ¿cierto? debe ser una broma-.
-Sabes, yo también deseé que fuera una broma, por favor continua leyendo.-Seguí.

"Salvar al universo. Así es!, cómo lo harás, te preguntarás, y la respuesta está en la lógica.
Antes de comenzar tu aventura debo explicarte las reglas que no podrás quebrantar por ningún motivo, o si no podrías incluso dejar de existir. Deberás de permanecer en completo anonimato, deberás abandonar tu identidad actual, ya que en un futuro o pasado puede causarte problemas; deberás acudir a la lógica cada que se presente un problema, ya que de no ser así podrían ocurrir grandes desastres. En este viaje que realizarás necesitarás quien te ayude claro está, no es una misión de una persona, se requerirán tres personas. Ustedes tres serán los grandes héroes de la historia.
En la parte de atrás de esta tienda encontraras todo lo necesario para el viaje, y dentro de esta tienda podrás consumir todo lo necesario para ello, es imprescindible que continúes durante tu encuentro con los demás dentro de la tienda, en el momento que los otros dos se presenten sabrás que sigue.
Les deseo mucha suerte L. R. L."

-En ese momento que deje de leer la carta traté de salir de la tienda pero era demasiado tarde, la puerta estaba cerrada, y miré hacia afuera, el tiempo estaba cambiando rápidamente, fue algo increíble. Me dirigí hacia atrás de la tienda miré más provisiones, este uniforme con mi nombre y utensilios para limpieza como la mopa y otros artículos varios. He comido desde entonces aquí.
-¡Menudo lio en el que nos hemos metido entonces!, y que se supone que hagamos ahora? ¿esperar?.Bueno hay un indicio, sus iniciales LRL, me pregunto quién será.-
- Es lo que yo he hecho , esperar la llegada de los dos, y creo que usted es uno de ellos. Así que solo falta uno.-
-¿Entonces cuanto tiempo has estado en esta tienda?-
-No estoy muy segura, según mis cálculos casi un año, pero quizá haya pasado más o menos, dependiendo de allá afuera. Ha sido muy pesado desde entonces. pero es bueno tener algo de compañía.-

Y así los dos esperaron hasta aquel día que el siguiente integrante llego, el día de la tormenta.


jueves, 18 de febrero de 2016

Storm 2

Todo parecía normal, era una tienda común y corriente como cualquier otra tienda. Anaqueles color beige despintados, muebles donde estaban acomodados todos los bienes de consumo, y cada objeto muy bien acomodado por la única persona que al parecer trabajaba en esa tienda: la señorita de la registradora. Recorrí todos los pasillos con un carrito que encontré casualmente en la entrada, estaba dispuesto a prepararme algo yo mismo al no haber encontrado aquel restauran, el que llamaré "mi restauran", abierto. Recorrí una y otra vez cada pasillo de comestibles, pasando de vez en vez frente a la registradora donde la señorita que estaba de registradora me dirigía una mirada de curiosidad y de indiferencia. Al recorrer cada pasillo me di cuenta en efecto que no había otro empleado a cargo o bien algún gerente quien estuviese supervisando a la registradora. Al parecer la señorita era todos los empleados a la vez. Lo cual confirmé cuando estrellé por accidente el carrito de supermercado frente a unas conservas, al parecer pepinillos, apiladas en una esquina. Hice bastante ruido y me sentí muy apenado por haber cometido tal estupidez de mi parte. La registradora se levantó inmediatamente de su lugar de descanso (eterno) y se dirigió al área de aseo, tomo una mopa percudida y grisásea de tanto uso y la llevó directo a donde se encontraba el incidente. La miré sonrojado y apenado y le ofrecí una gran disculpa por aquel desastre ocasionado. 
-Discúlpeme si es tan amable, no fue mi intención, prometo que pagaré todos los frascos que haya roto. Tan solo cárgelos todos cuando me dirija a la caja.- Dije con cautela y apenado por aquel incidente.
-Señorita... eh disculpe su nombre es...- me miró mientras trapeaba y me respondió. - Lucilda- dijo señalando su pequeño gafete en el pecho de su uniforme de registradora, era un uniforme peculiar color crema descolorido y combinado con unas solapas con un tono gris deslavado.
-Disculpe mi comportamiento, me llamo Raúl, a su servicio- le extendí la mano al mismo momento de mi presentación, de la misma manera que me presentaba con mis colegas y con mis clientes.
-Disculpe señor Rrraul- dijo acentuando la erre de mi nombre,- ...pero debo trabajar y limpiar y trapear su pequeño desastre.- me dijo de manera un poco arrogante y enseguida confundido me quite del lugar del desastre.
-Disculpe usted Lucilda seguiré con mis compras, y a propósito...- recordé- me parece que no tiene sección de carne ¿correcto?- se dedicó a seguir trapeando y solo me dirigió una mirada de ironía nuevamente.- Entonces algo como ¿carne enlatada?- se irguió y me respondió con seguridad y un poco altanera.- Lo único que hay es jamón enlatado- me dijo señalando el jamón en lata a mi izquierda en el segundo estante.- es lo mas cercano a carne si es lo que busca y es lo más fresco por aquí.- Resignado tomé aquel jamón en lata de aquel estante y pronto supe que ese no era mi día.
Vaya todo en aquel día me había salido mal e inclusive no podría disfrutar a gusto un delicioso estofado o algo con carne, como extrañaba en esos momentos el Japón y a Mikeko...Ahhh Mikeko, me surgió un largo suspiro y continué pensando en aquello.
Sin embargo de pronto una duda me surgió, a que se refería con "lo más fresco por aquí"?. Tardé un poco en darme cuenta de que aquel jamón, la presentación, la forma de la lata, el empaquetado y la etiqueta desgastada parecían que no pertenecían a aquella ¿época?
Finalmente la revisé con detenimiento y traté de buscar la fecha de caducidad hasta que finalmente la encontré bajo la lata. Estuve al borde de la locura en cuanto me fije en aquella fecha que jamás olvidaré: ¡consumo preferente 14/03/57!
-Disculpe Lucilda pero este jamón esta caduco!- me miró de nuevo fastidiada por mi y suspirando de enojo- como es posible que vendan cosas de tal año! esto debe ser una broma!-
- ¿Por qué sería inaceptable si aún es comestible?- me dijo con seguridad absoluta. -¿Comestible? le parece que algo que caduco hace más de treinta años sea comestible? ¡es una locura!-
-Si no me cree pruébelo, vamos abra la lata es de parte de la casa- me lo dijo tan sería que de verdad casi le creí lo que estaba diciendo, era una locura, no me atrevería a abrir aquella atrocidad, aunque no tenía nada que perder, había ya pagado unas conservas que desperdicié.
Quise salir de la tienda en ese momento pero no quería quedarme con aquella duda, quería saber si lo que decía era mentira, y en ese momento deseé tener razón. Abrí la lata de jamón jalando aquel pequeño anillo para abrir con facilidad, y muy dubitativo observe aquel jamón, parecía en buen estado a pesar del tiempo que ya había transcurrido desde que lo crearon, no olía mal, parecía casi comestible, y más porque tenía mucha hambre de verdad, era capaz  de comer lo que fuera aunque fuese más viejo que la guerra de Vietnam, hasta para mí era inaceptable lo que iba a hacer. Me armé de valor y mirando a Lucilda tomé un trozo de aquel jamón. Ella parecía no inmutarse o si quiera mostrar algún gesto, era como un duelo donde yo claramente perdería. Era un suicidio ,pensé, creo que no podré hacerlo, es algo demasiado...me comí un trozo. Tenía una textura un poco gelatinosa, un poco grasosa, pero tenía un sabor peculiar, un sabor que solo el jamón fresco puede tener. Era algo bastante extraño, esperaba convulsionarme en cualquier momento, o sacar espuma de la boca , o sentirme mal del estomago y vomitarlo, más sin embargo fue más un alivio tener algo en el estomago, algo a pesar que estaba rancio. Supuse que las conservas de aquel entonces duraban más que las de ahora aunque fue muy extraño.
-Y bien?- me preguntó como pidiendo permiso para continuar con su labor.
-Creo que le debo una disculpa y unas cinco latas de conservas-de pronto me surgió la misma duda con todos los alimentos que llevaba en mi carrito de despensa, me voltee como dirigiéndome a otro pasillo para que no me observase y miré todo lo que llevaba dentro del carro de supermercado. Mire las bolsas con fechas similares, miré las demás conservas que llevaba, la misma fecha de los años 50`s y 60´s, era algo increíble, me quedé anonadado. Abrí una lata de pepinillos y probé uno, sabía como un pepinillo convencional, no estaba rancio o seco, era un pepinillo normal.
-Tendrá que pagar esos también señor Raul, ya están abiertos también.-
La miré incrédulo de aquello que sucedía.-Deben de estar mal etiquetados, ¿no es así?, es que usted se ha equivocado al ponerle las fechas, ¿cierto?- Me miró nuevamente como si mirase a un loco  y con una negación de su cabeza se dirigió a dejar la mopa en su lugar y volver a descansar en la registradora.
-¿Si va a llevarse sus cosas o planea quedarse aquí más tiempo?- me dijo desde la registradora.- porque no creo que le quede mucho tiempo si no sale de este lugar pronto.Además si alguien lo espera seguramente no esperara años por usted.-
-Mikeko- susurre a mi persona.

jueves, 4 de febrero de 2016

Storm

(Coldness3)

Tempestad

1. Fenómeno meteorológico producido por desequilibrios térmicos en la atmósfera, que progresivamente se manifiesta con viento, grandes nubes y culmina en violentas precipitaciones acompañadas de aparato eléctrico como rayos, truenos y relámpagos.

Las nubes parecían más bajas que de costumbre, el cielo se veía aun más azul que otros días, inclusive la gente se veía más feliz y más rara que siempre.
Era un día bastante extraño, pero realmente no le di importancia. Me declaro culpable de querer estar viajando constantemente, no siempre fui lo que soy ahora. Yo claramente era un soñador, con un futuro bastante prominente, jamás había bebido una sola gota de alcohol en mi joven vida, hasta hoy en día que mi vida de negocios lo permite, e incluso en las juntas de trabajo donde me reúno con los clientes y proveedores me permito al igual que a ellos tomarme una pequeña copa de whisky o coñac, dependiendo si es algo exitoso o con pocas probabilidades de éxito.
Siempre tuve mucha suerte con los negocios, era una persona muy amable y me consideraban de su gracia, solía poner sonrisas donde no las había, y me camuflaba perfectamente entre la alta y la baja sociedad, inclusive me llegaron a llamar el camaleón de los negocios, debido a mi excelente vista que abarcaba todo el entorno y por mi habilidad de encajar en todo escenario social.
Aquel camaleón disfrutaba mucho de la vida, yendo y viniendo de aquí para allá, desde Europa hasta california y desde México hasta Japón. Mi vida era solo viajar, negocios y podía disfrutar de aquel dulce sabor de los placeres más mundanos y de aquella comida que dejaba en mí un especial recuerdo de cada lugar. Recuerdo perfectamente el sabor de cada comida en cada restauran, bar o incluso mercado donde me recomendaban comer, claro no todos los alimentos eran digeribles, pero una vez que me acostumbré a aquella vida multi-gastronómica pude disfrutar al cien por ciento cada platillo que introducía en mi boca.
Si hago memoria creo que puedo recordar perfectamente cual fue aquel primer platillo que disfrute en mi primer viaje. Recuerdo muy bien que el primer viaje que realicé fue exactamente hacia Main, cerca de Canadá. Me hospede en un hotel no muy lujoso, estaba únicamente de paso por una visita de negocios, una venta que tenía que realizar en aquel estado. Antes de llegar al hotel a unos 5 kilómetros se encontraba un pequeño restauran local (Diner como se manejan en EU) era una ciudad muy pequeña,olvidé su nombre pero era parte de Main.

Lo primero que comí ese día fue un buen corte de carne. Un delicioso corte de carne acompañado de una malteada, la especialidad de la casa, papas fritas y una deliciosa rebanada de pastel de chocolate. Era un grandioso día para degustar aquel platillo, el cielo era azul, las nubes parecían más bajas que de costumbre, y ese día cerré uno de los primeros tratos más importantes de mi negocio.
Cada platillo fue especial, pero quizá si extrañé regresar a aquel lugar de Main. Eventualmente seguí viajando, consiguiendo nuevos negocios, conociendo nuevas personas, algunas importantes otras no tanto, algunas con poder y otras sin mucho de este, y sobre todo comiendo delicias todo el tiempo de estancia en los diferentes lares que visité.

Un día de viaje en Japón conocí a una empresaria bastante famosa en aquella prefectura, no recuerdo el nombre (posteriormente recordé que era Aichi-Ken), su nombre era Mikeko, una bella dama, con una elegancia que cualquiera envidiaría y una formalidad increíble. Me invitó a una comida tradicional japonesa, donde comimos sopa miso y sushi, todo estuvo delicioso, y después de un par de copas (botellas) de sake, logré convencerla de un gran negocio, salir conmigo.

Fue una tarde muy hermosa aquella vez, ella había dejado la formalidad en su closet para salir a un pequeño parque de la prefectura, llevaba puesto un bello vestido color rojo con unos detalles color dorado, llevaba un par de zapatos muy lindos cerrados color azul, y una sonrisa que me cautivó por completo. Paseamos aquella tarde platicando en Japonés-Ingles, recuerdo que a ambos se nos daban hablar bien los idiomas, (a pesar que he olvidado un poco de todo por falta de práctica), era una tarde muy hermosa, soleada aunque quizá un poco extraña porque creí ver las mismas nubes de siempre, pero vamos las nubes ¿ no son iguales en todos lados?, fue tan amena la plática y tan maravilloso día que terminamos en su departamento con una botella de delicioso sake. Creí haber encontrado el amor de mi vida, incluso supe que había terminando mi tiempo de viaje, que el lugar donde debía estar era el Japón, era maravilloso aquel lugar, aquella prefectura, a pesar de las tempestades que se presentan en aquella parte del planeta decidí quedarme por Mikeko, la mejor esposa del mundo.

Tardé en darme cuenta que tenía un pequeño problema con los negocios pendientes, pero ya había establecido mi vida a lado de Mikeko para entonces; puesto que no quería abandonar mi comodidad dejé por un lado aquellos negocios (por un tiempo).

Un tiempo después (un tiempo muy breve) decidí que no podía dejarlo así como así, mis ventas y mis negocios eran parte de mi vida (por un lado Mikeko me entendía pero por otro no le gustaba la idea de que cambiase de opinión tan repentinamente acerca de mis decisiones) así que me dirigí al aeropuerto de Narita (dejando un poco de lado a Mikeko no sin antes dejar establecido un compromiso con ella) y me aventuré de nuevo a mis negocios en América.

De regreso a mi paraíso de labor, donde podía sentirme bien y moverme libremente logré establecer contacto con las firmas de las cuales les había cancelado la cita, y logré recuperar un poco más de lo perdido porque ellos creían que habían perdido algo de verdad valioso (hasta ahora lo entendí). Regresé nuevamente a aquel lugar en Main, donde decidí claramente ir a aquel restauran de comida rápida (Diner), quería disfrutar a aquel restauran. Me subí a un automóvil sedan que había rentado en un pequeño lote y conduje hasta aquel restauran ese día. De pronto me puse a pensar en Mikeko, que estaría haciendo sin mí, seguramente estaría en su trabajo, siendo exitosa, y vistiéndose como ella sabía. Mi mente no dejaba de pensarla e imaginarla, incluso imaginarme a su lado, y recordar aquellos besos y aquellas tardes (aunque fueran pocas pero fueron muy valiosas) tan especiales para mí, no podía soportar no escuchar su voz, tenía que hablarle. Me detuve a un lado del camino a una cabina telefónica a marcarle de larga distancia y escuchar aquella voz tan delicada y tan sensual que tenía; marqué el número que ella me había dado de su departamento pero al parecer no estaba en casa o quizá estaba dormida porque nadie contestaba, solo una contestadora pidiendo nombre y mensaje, pero yo no deseaba hablar con la contestadora. Decidí marcar nuevamente esperando un contacto exitoso pero solo recibí una contestación autómata. Me dí por vencido aquella tarde, ¿nublada y soleada ?, subí al auto y lo encendí arrancando con tristeza, sin darme cuenta de que la cabina telefónica se quedaba sola en aquel paraje desolado sonando una y otra vez sin respuesta alguna.
Me dirigí directamente al restauran buscando el consuelo de una deliciosa malteada y una hamburguesa quizá u otro corte de carne de los que preparaban. Para mi sorpresa el local estaba cerrado!

Cuan enojado y triste me sentí aquella tarde, estaba seguro que el destino (Ka*) me había abandonado y me había castigado por haber dejado a Mikeko sola y a mi lugar de ensueño, por no decir mi paraíso, y haber regresado a esta vida de perdición y de trabajo que no me satisfacía ni me llenaba de felicidad tanto como estar al lado de Mikeko. ¡Qué terrible día!

Me dirigí de nuevo hacía mi hotel de regreso, oscureciendo y con una neblina que apenas se notaba en aquella parte de la ciudad sobre el suelo, iba conduciendo por unas calles estrechas que desconocí a primera vista, pero que reconocí en cuanto me acercaba a mi hotel. Pase justo al lado de una pequeña tienda, donde vi a una cajera muy linda que se alcanzaba a notar desde la calle y decidí estacionar el auto a una calle de ahí y visitar aquella tienda, además ya tenía hambre y no quería comer algo del hotel (precios muy altos y comidas horribles). Me dirigí caminando a la tienda, notando que había descendido un poco la temperatura (supuse que porque eran finales de invierno), y me aventuré a entrar a aquella tienda.




- ¿Hace un poco de frío no cree?- pregunté a aquella señorita que solo dedicó a mirarme y a asentir. Pasados unos segundos me contestó.

- -Aquí la mayor parte del tiempo es así. – me dijo con toda seguridad y una calma casi inhumana. – ¿A qué se refiere con que la mayor parte del tiempo? ¿Quiere decir allá afuera cierto?.- pregunté confundido pero con seguridad de lo que me iba a responder.

- Claro que sí, aquí no sucede mucho, es como si no pasara el tiempo por aquí.-

Aquel fue el inicio de mi vida como es ahora.
























Epílogo

- ¿Por qué debería creer en tu historia? Un hombre de negocios por favor mírate.- Le dije con sarcasmo e incredulidad.

- No es mi problema si no me crees y juzgas a las personas a simple vista, la gente que se ve y viste como yo no siempre fueron de esta manera. El destino o como quieras llamarle te lleva por caminos que tu no creerías, solo mírate donde has caído ha!- se burlo de mí incredulidad y mi suerte.



- Déjame continuar muchacho. – con esta frase continuó su historia, claramente me dejó callado y miré de nuevo alrededor, había una tempestad horrible afuera.